sábado, 25 de mayo de 2013

Reseña: REISKOLEM. Magnus Dagon.





Los hermanos Grimm creían en el origen divino del lenguaje, y no fueron los únicos. Hay algo en este fenómeno que está más allá de nuestra comprensión, tal vez porque es lo que usamos para entender. Muchos en la historia debieron quedarse estáticos, sintiendo un pensamiento en vez de formularlo, cuando intentaba pensar en su origen y comprender sus poderosos alcances.
Las palabras unen (te amo) o destruyen (¡Disparen!), trasmiten ideas entre las personas e invoca el exterior en nuestro pensamiento (Puedes pensar en una silla sin tener que verla). El lenguaje es parte de la creación de nuestra realidad. Pero es que no es solo palabras, sino hasta asentimientos de cabeza y cejas fruncidas. ¿Cómo entender lo que nos hace entender el mundo, a nosotros mismos y a los otros? ¿Y si el lenguaje usara sus cualidades en nuestra contra?
… No me extraña para nada que en el 2006, Reiskolem ganara el segundo lugar en el concurso Andrómeda.

(Lo siento, no pude encontrar su documento o para comprar)  
  
Relato: Reiskolem. 
Autor: Magnus Dagon.
Género: Distopia, sobrenatural.
Extensión: 5950 palabras.
Parte de: Mensajes perdidos. Editorial Libro Andrómeda.

El grito se intensificó. Era de mujer.
—¡No podemos quedarnos de brazos cruzados!
—¡No seas estúpido, Sam! No podemos hacer nada. Tenemos que buscar comida y pilas para las linternas.
—Lo siento, Skolem —dijo Sam en voz baja en lo que corría hacia el lugar. Skolem pensó que Sam era una buena persona pero un mal soldado, y si él fuera un buen general se olvidaría de él y le abandonaría a su suerte.
Pero Skolem no era un buen general.

Magnus Dagon me hizo pensar en el lenguaje por medio de presentarme una realidad concreta y devastada, en un sobrevivir día a día (O noche a noche, mejor dicho) que no da tiempo para sentarse a pensar. Actuar con el fin de sobrevivir es más importante que filosofar sobre la bizarra realidad.
Y sin en embargo, esa realidad tiene de base algo que nadie entiende, como al lenguaje mismo. Y es que su enemigo no son otros humanos (Aunque ellos son los que matan), sino las palabras. Parte del lenguaje se ha, literalmente, pervierto.  

  —¡Ya sé, Eri! —dijo Reis—. Puedes hacer las dos cosas. Escribe una palabra nueva, pero que para ti signifique esperanza. ¿Qué te parece?
  —Sí, me gusta —dijo el niño ilusionado.
  —Dame un abrazo —dijo Reis.


Aunque es bien conocida esa frase de que una buena ciencia ficción te hace pensar (tan conocida que no sé ni de quién es) y, por lo tanto, Reiskolem es un muy buen relato de ciencia ficción, porque ¡Qué manjar al intelecto me di con él! Pero sentí que quería más. No tuve suficiente de ese mundo y personajes.
Quería leer sus ademanes para que cobraran más realidad para mí, quería empáticamente sintonizar con su interior al leer cómo se sentía. Conocer sus espacios y sus mundos, presenciar más el caos y algo de la oscuridad y brutalidad para sentir su desesperación.
… Destruirme un poquito el corazón con ellos.      

Hacía ya tiempo que había decidido el significado de esperanza en ese nuevo idioma. Se puso manos a la obra y la escribió todo lo grande que pudo (…) ponía Reiskolem.
   (Lo siento Magnus, pero no pude no poner esta cita final…)

… Y así sentir como ellos ese inicio, ese renacer y sonreír, desinflada de alivio, porque todo al fin había acabado.
Overdul, ErkumReiskolem. Palabras sin sentido para ustedes aquí. Pero para los personajes de este cuento, son las que hacen comprender su realidad. A palabras nuevas, realidad nueva. Esa es su esperanza.
Y ya saben por quiénes y porqué el cuento y la esperanza se llaman Riskolem.

(Dentro de esa Antología está el Informe Cronocorp)

No me quería ir sin antes hacer una propaganda, porque Magnus Dagon ha ganado varios premios con sus historias; pero ésta le dio el UPC e Ignotus. Creo que era justo y necesario decirlo y darles un link para poder encontrar y leer esa historia.
Además, ya que estamos en estas, propagandeo que actualmente está haciendo un concurso de reseñadores (con premio de 100 euros) para su proyecto The Jammers. 
¡Un triángulo Dagoniano de opciones les dejo!

¡Hasta luego gente!

Pd: Y esto me deja sin Reseñas para hacer… ¡Ay, en espera de sus emails!

miércoles, 22 de mayo de 2013

2 NO a LibrosVeo, 2 SÍ a cumpleaños y 5 oportunidades.



Les traigo cuatro microcuentos de -300 palabras. Dos los escribí para LibrosVeo, y perdieron frente a Ciega de Amor en poder concursar . Los otros son regalos de cumpleaños para sara_f_black y ladycid en Livejournal. ¡Espero les den una oportunidad!

Tema libre e inédito, máximo una A4 en Times New Roman 10 espacio sencillo, hasta 31 de mayo.

¡Siga ese auto!
—¡Siga ese auto! —le apremió el hombre de traje entero y desarreglado.
El taxi se había movido a los lados por los problemas que tenía en la suspensión, y el impulso con el cual entró y se sentó el pasajero. El taxista maldijo. Ese movimiento le hizo regarse el café en toda la cara, escurriendo por el cuello y hasta la camisa. Pero no fue esa la razón por la que maldijo.
—¡RÁPIDO! —le apremió el hombre.
Su voz era tan gruesa y aterciopelada, que hubiera hecho a cualquiera seguir al pie de la letra sus órdenes.       
Pero a él no. ¡Eso sí que no!
El taxista bajó pausadamente el vaso y se volvió en su asiento para ver al intruso. ¡Ah, ya veo! Pensó, de mal talante. Era alto, con rostro rudo pero atrayente, barba de dos días y una ceja cortada. El taxista dio tal bufido que movió a su erizado bigote. El hombre del traje desarreglado le miró totalmente sorprendido, e hizo a esquivar la mano que el taxista había empezado a mover en un ademán que acompañaba muy bien su:
—¡Fuera de mi taxi! ¡De aquí no me muevo! ¡Fuera!
El tipo pudo ver que hablaba muy en serio. Tan rápido como había entrado antes, salió del auto y corrió al siguiente de la fila aparcada frente al aeropuerto. Ése sí salió a la carretera con entusiasta rapidez.
«¡Pobre iluso!», pensó el taxista. Sea lo que sea que necesite seguir a otra persona, no puede traer nada bueno.
Salió para lavarse el café en el baño. Y se sonrió, mirándose al espejo. ¡Al menos tenía una historia interesante qué contarle a su mujer!  

Inspirado y no fanfic de Moulin Rouge, 100-1000 palabras, hasta 20 de junio.

El fénix negro

En ese reino, nadie miraba hacia el cielo en las noches sin luna. Todos los carruajes tenían las ventanillas echadas, todas las cortinas de las casas estaban corridas y todos los que caminaban veían la calle empedrada.
¿Qué raro? Pensó Sara, cuando se dio cuenta de ello.
Sara era una recién llegada al reino. A ella ya le había parecido raro el cómo se vestían, algunas cosas que decían y cómo bailaban siempre al medio día.
Pero, ¿que no vieran hacia el cielo en las noches sin luna? ¡Lo más raro, sin duda! 
—¿Por qué? —Le había preguntado a la vecinita de al lado.
—Porque las estrellas bailan.
—¿¡En serio!? —Sara sonrió.
—Y la oscuridad va hacia dónde estás.
—¿En serio? —Sara temió.
Pero no por mucho. Porque Sara quería ver a las estrellas bailar, y sabía que las lámparas podían alejar la oscuridad.
La siguiente noche sin luna, salió al balcón y se llevó su lámpara con ella. ¡Así podía ver mejor las estrellas!   
¡Y las estrellas bailaron! Desde donde debió estar la luna, ¡giraron! Se movieron como la marea, acercándose a ella, rodando y brillando. Primero de blanco, luego azul y después amarillo. ¡Más rápido, más rápido! ¡Y más colores en los brillos, y más dorado!
Sara rió y rió, brincando aplaudió. Aunque la oscuridad se desprendió de la noche y, con las estrellas, aleteó. Y a Sara, un gorjeo agudo y lejano el viento le sopló.
—¡Ven, ven, oscuridad! —le respondió Sara.
Y la oscuridad llegó. ¡Era un ave! Con ojos y pico de estrella, cuerpo de ligeras nubes y algunas plumas también de estrellas.
—Hola, oscuridad —Sara dijo.
—Fénix —le susurró el viento.

Cualquier mitología no fanfic, +500 palabra, hasta 20 de junio.

Escrito en el cielo

Ellos creían que toda historia pasada, presente o futura, tanto de las tormentas como de cada lágrima; estaba escrito en el cielo. En la hoja azul traslúcida de negro, con tinta brillante que puntuaron letras y ellos las conocían por su brillo, compañeras y viajes. Solo habían tres clases: Sol, luna y estrellas; pero la conjugación de todas ellas escribieron, escriben y escribirán toda la historia.
O eso creían ellos, por más que nadie sabía leer.
Pero hubo una niña que una vez pudo entender al Sol. ¡Nadie lo creía, era tanta la felicidad! Todos tuvieron fe y le exigieron a la niña que leyera la historia, por el bien del pueblo y de cada uno de ellos.
Ella lo hizo. Día y noche veía al cielo. Día y noche, entre comidas, sueños y caminatas. Siempre en silencio, siempre seguida por alguien. Nunca acompañada.
  Leyó tanto que la niña creció, tanto que su piel se arrugó y su cabello se volvió blanco. Y cuando por fin bajó la mirada, todo el pueblo se reunió y le preguntó:
—¿Cuál es la historia?
Temían y necesitaban saber.
La voz de la lectora salió ronca al responder:
—Las estrellas, el sol y la luna no son las letras de la historia, sino parte de la página.
Muy temerosos y sobresaltados, todos preguntaron a la vez:
—¿Qué lo es…?
—¿La lluvia…?
—¿El río…?
—¡Las rocas!
—Nosotros —respondió ella.
Pero nadie le creyó.



Antología de terror en proceso, ¡Vota a l@s relatos que compiten!

Oscuro despertar

Aspiro mucho aire mientras desperezo todo mi cuerpo moviéndome con fruición, esparciéndome sobre la cama. ¡Ay, qué buena noche pasé! Dos vértebras de mi cuello traquetean, relajándose. Cojo la manta para quitarla con energía de… No veo.
Se me va el corazón al piso y pierdo la respiración.
¡Dios santo! No veo. ¿Será que no he abierto los ojos? No, sí los… ¡Dios, Dios mío, Dios mío!
Gritando del horror y temblando de pies a cabeza, me llevo las manos a la cara y doy con algo esponjoso. Mi cuerpo se desinfla de alivio.
¡Qué idiota fui!
Mientras me quito el recién comprado antifaz, río histéricamente y me juro que lo quemaré hasta hacerlo cenizas. ¡Maldito susto me ha dado!


Palabra “veo” en el escrito, -700 palabras, 01 de julio.

¡Abrazos!

sábado, 18 de mayo de 2013

Reseña: EL REGRESO Y OTROS RELATOS, Arwen Grey


  Después de la calidad, hay una cualidad de un escritor o escritora que, en lo personal, alabo mucho: la versatilidad. Esa capacidad camaleónica de quien nos puede hacer sentir en cualquier tipo de género: reír con la comedia, llorar con el drama, asustarse con el terror... Pensar en todos ellos. Escritores y escritoras que puede cambiar su pluma, su ritmo y su método para “convertirse” al género que desee.
Y Arwen Grey ha hecho lo posible para enseñarnos en su antología, que está convirtiéndose en uno de esos escritores de versátil calidad. No solo escribe con buen ritmo, ortografía, dando lo justo de descripción y diálogos, es ingeniosa en el humor y suele cambiar el tono según cuento, ¡También escribe de todo un poco!
Debo admitir que mientras leía, siendo muy gratamente sorprendida al ver un nuevo género; me sentí muy identificada con ella. Compartimos camino, Arwen. También quiero ser una de esas escritoras que escriben de todo, y bien.



 Antología: El regreso y otros relatos
Autora: ArwenGrey. 
Género: varios. ( :D )
Extensión: 175 pags -o- 17 cuentos.
Reseña: Angus McGregor y las hadas -o- 1150 palabras.
ASIN: B00BV9VJ72

Esta edición fue Autopublicada por Arwen. En el documento que ella me dio es patente, en la gran mayoría de lo presentado, el cuidado, cariño y esfuerzo que hizo ella para seguir los requerimientos de una publicación. Claro, hay algunos dedacillos (¡plaga de la que no podemos escapar!) y pudo haber dejado más espacio en blanco al inicio de cada cuento, pero por lo demás, ¡Estupendo!
Pero la portada, aunque más o menos acorde a “El regreso”, no siento que diga a los lectores qué clase de Antología es. ¿Se espera cuentos parecidos a las leyendas artúricas, tal vez? Una lástima, porque imagino que hay personas que podrían gustar de algún relato en esa Antología, pero no le darían oportunidad porque la portada no refleja las diferentes temáticas que tiene.

   
En esta Antología pasamos de la realidad en lo épico (El regreso, Peón de negras), a lo satíricamente bizarro (La triste historia de MC), damos unos desvíos por cuentos para niños y niñas (El corazoncito de hielo), descansamos ante la vida (El observador), sonreímos con ternura los románticos (Tú y yo, Un hombre normal) y nos encierra algo de muerte (Comida para peces, La funeraria), entre otros temas y sensaciones en el camino… No es fácil reseñar la versatilidad, encontrar dentro de ella cuál es la esencia de la Antología.
Claro, podría coger el camino fácil y decir que la esencia es esa misma versatilidad y búsqueda de lo original (¡Otra gran cualidad que admiro, por cierto!); pero me he quedado con la sensación de que su núcleo es La mala leche.
Eso me dijo Arwen sobre la antología: que tenía mucho de mala leche. Soy costarricense, pero creo entender qué quiso decir con eso. La acidez estaba presente, sazonando su sentido del humor. Tenía mucho de ese que se ríe de ver lo obvio que otros no, o que “revierte” la realidad con exageración para que la miremos. Hasta ese que a veces solo es, descaradamente, porque así quiso y punto.    
Pero no todo tiene ese humor ácido. Puede simplemente desaparecer en un cuento, o endulzarse al ser esencialmente tierno o divertido en otro. Arwen suele saber que a veces, lo cómico no debe estar. Pero, cuando rememore la Antología, recordaré el humor… Y los que resaltaron porque no lo tuvieron.



Angus McGregor se quitó su gorra de cuadros preferida y se rascó los rizos pelirrojos, como siempre que pensaba profundamente.

Esto dice varias veces, posiblemente una más de las que me hubiera gustado…[1] Creo que es una frase que refleja de alguna manera la humildad, carácter y parsimonia de Angus. En pocas líneas, Arwen me hizo sentir que pude saber cómo es don McGregor, y también las hadas. Y, como suele sucederme con Arwen, las hadas no son precisamente lo que imaginamos, pero me creí que podrían ser así… Si existieran y eso. 
      
Finalmente, Angus McGregor tomó la decisión de ir a preguntarles a las mismas hadas qué sabían ellas de ...
Tomó un hatillo, dejó a las ovejas restantes a buen recaudo y emprendió camino, junto con Anchoílla, hacia el país de las hadas.

Es cuento tiene esa cualidad de los antiguos relatos de “cuentos de hadas”, algunos modismos del lenguaje claro, pero también nos lleva a un lugar donde lo mágico y los humanos coexisten, interaccionan de una manera casi caricaturesca y las hadas… No son precisamente chicas pequeñas y graciosas que regalan deseos porque una bebé es linda o tiene sangre real.
Las hadas de Arwen tienen un carácter que asocio más con duendes o trasgos. No que me queje, ¿por qué no pueden serlo? ¿Acaso los cuentos de hadas, esos que estaban entre las bocas de los pueblos y que algunos escritores recogieron en sus libros, no están plagados de crueldad, amor, sangre, picardía? Y, muchas veces, de tratos.
Porque Angus McGregor no solo encuentra la respuesta a su pregunta en el bosque verde ¡eh! De las hadas, sino se ve frente a un trato con las hadas… Uno de esos que parecen engañosamente inocente.

Angus McGregor se quitó la gorra, pero detuvo el ademán antes de empezar a rascarse los rizos pelirrojos. Ese asunto no era una cuestión de reflexión. Era hora de actuar.
Anchoílla ladró, pues conocía ese brillo en su mirada.
La reina de las hadas sonrió.

Y Angus McGregor dijo, ¿Qué más da? ¡Y cumplió el trato! No salió totalmente ileso de él, pero un trato es un trato.
Algunas veces, intentar no dar spoilers se convierte en maldad :) muajajaja  
Así que, si quieren cuentos escritos con amor, originalidad, casi siempre humor y mucha versatilidad, pueden muy bien leer esta Antología.
Si quieres libros de ella, ¡Pues también tiene, solo ve a su blog y los verás!

¡Gracias por el apoyo, comentarios y más de mil visitas!
Recuerden pasarse a mi cuento de Librosveo, el de aquí abajito.
¡Hasta luego!


[1] En las reseñas, no usaré los tres cuentos que más me gustaron de una Antología. Debo decir que en esta, hubo empates y siete se posicionaron en esos tres primeros lugares. ¿Cuáles? ¡Ah, el misterio!  
 

miércoles, 15 de mayo de 2013

[Relato LibrosVeo] Ciega de amor




Ciega de amor


No dejaba de mirarle, con una sonrisa suave en el rostro y languidez en su postura. Esa sensación al ver sus ojitos, sus puñitos cerrados, ¡su vida! Era tan profunda y hermosa que no quería dejar de sentirla. Nunca podría explicarla. La calentaba y embargaba de una manera, que sólo podía hacer lo posible para alargarla.
—Hester —susurró su marido, como había estado haciendo cada tantos segundos desde que llegaron ahí—. ¿Qué te pasa, qué…?
—Estoy bien —dijo, sin dejar de mirar a su bebé.
El esposo se sintió muy aliviado de que le hablara. Por un pequeño instante. Y apenas pudo contener un sollozo cuando preguntó:
—¿Qué vamos a hacer?
Ella le miró, sin entender.
—¿Cómo, qué vamos a hacer? Ir a casa con él, eso vamos a hacer.
—Hester, por Dios, ¿es que no ves… —no supo cómo decirlo, por lo que se quedó en silencio.
Hester dejó de sonreír, enojada e indignada. Pero replicó con un tono contenido y amable, para que el bebé no se despertara.
—No veo ningún problema. Ella nos iba a dar a nuestro hijo y por eso la hicimos vivir como una princesa. Todo lo que pidió durante su embarazo, se lo dimos. Hicimos nuestra parte, y luego ¿quiso irse con nuestro bebé? —dolorida, simplemente negó. Te dije que no lo iba a permitir.      
—Pero… —miró de su esposa hacia su hijo, y luego al cuerpo de la mujer que Hester había ido a asesinar.
Había cumplido su palabra.
Él tuvo otra arcada, y apenas aguantó vomitar de nuevo.
Hester se volvió hacia donde estaba su hijo y lo tomó en brazos. Él se movió en su pecho, y la sensación maravillosa la llenó con tanta fuerza, que tuvo que volver a sonreír y contemplarle.
Era tan perfecto y hermoso…

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