martes, 30 de abril de 2013

Clío en las rocas, con mucho de microcuentos.




¡Hola Gente!

He venido antes de tiempo, porque ¡hoy cumplo un mes por estos lares! ¡Muchas gracias a las personas que se han pasado, mil más a los que comentaron e infinitas a las que me siguen!

Ya me van conociendo un poco, y espero que muchos más lo hagan, pero lo que no saben es que “valgo por dos”. Les quiero presentar a Clío.


Clío es la prosopopeya de mi imaginación. Es una musa hiperactiva, que a cualquieeeeer estímulo me sale con todo tipo de imágenes, mundos, personajes, historias… Gracias a ella, tengo muchos cuentos en mi haber, de varios tipos. Ha estado conmigo toda la vida, pero me hizo empezar a escribir desde los ocho años. Nunca me ha dejado sola, siempre ha querido impulsarme, enseñarme, animarme al conocer y poder modelar nuevos mundos y me da la potestad de jugar a Dios y, a la vez, doblegarme a su creación.

Cuando acepto algún reto, ella es rápida en ayudarme a dar con la respuesta, y hacerme conseguirlo. ¡Nada como un reto para ponernos en sintonía! Logramos ser un gran equipo: ella me da la idea, yo la traduzco en palabras, haciéndome cargo de todo lo trabajoso.

Pero eso no quiere decir que Clío no sea una musa profesional. Lo es, y tanto, que hasta se indigna con los musos de otras personas y quiere jugar a hacer sus trabajos porque, ¿¡Cómo es posible que los deje solos, si ella puede conseguir ideas tan fácil!? Sí, mi musa peca de orgullo. Porque es una orgullosa musa, y hace lo más que puede SIEMPRE.

Pero la pobre se tiene que conformar conmigo, una “huésped” que escribe muy poco de lo que me enseña. Pero al menos, que la quiere con locura. Por eso, estoy segura de que nunca se dará por vencida conmigo.

¿Cómo es su musa? ¿Y cómo te relacionas con ella?

  
Este hermoso cuadro es de nasirid. Ella nos lo enseñó como parte de una “colección”. Todos son paisajes, todos podrían estar en algún lugar de este mundo. Pero es que el espíritu con que ella lo pinta, las luces… Su ¡mano! Hace sentir que Nasi pudo viajar a otros mundos, mundos mágicos, y desde ahí nos trae sus pinturas. Al ver esos cuadros, como pocas veces, Clío necesitó de mí. No sabía qué escribir, solo que NECESITABA HACERLO. Y Clío y yo, juntas, fuimos conociendo y perfilando esta historia mientras la escribía:
    
Círculo solar

Las rocas estuvieron inactivas desde hacía poco más de un año. Pero todos en el fondo de la laguna, supieron que ese era el día tan esperado desde el mismo momento que los rayos de luz irradiaron en las piedras en vez de caer en el agua. Lo supieron y pudieron desinflarse de alivio.
El día más frío y oscuro del año había empezado. 
Por horas, ellos no hicieron más que mantenerse en un círculo cerrado, cercanos, tiritando y esperando.
Cuando la luz empezó a dorarse y enrojecerse, algunos de los más jóvenes ya habían nadado para acercarse a la superficie. Pudieron sentir el calor en pequeñas oleadas que subían rápidamente en intensidad de la temperatura. Las rocas estaban soltando la luz en el agua… Los niños tuvieron que devolverse al fondo para no quemarse, bailando sinuosamente entre los rayos de colores en hálitos de marea, felices de poder sentir el cosquilleo alegre en sus branquias y de probar el agua dulce del sol en las bocas. ¡Y los adultos recordaron, bailando allá abajo, cómo fue nadar con la luz en su infancia!
Al caer la noche, volvieron a sus hogares a comer y agradecer.
Después de ese día, hubo otra vez calor y luz en su hogar. Gracias a las ruinas del Templo al sol, vivirían un nuevo año.

Menos de 250 palabras. Clío y yo tenemos la esperanza de que los hiciéramos ver lo suficiente con ellas. Eso, poder ver, sentir, conocer, entender… Ser transportados, en menos de mil palabras, es el reto que Vejibra y compañía nos hace en el Concurso de microcuentos “Inspírate en rojo”.   

  (CLICK en la imagen para ver las bases).

Yo voy a participar, de una manera que me tiene muy emocionada… ¡Como tercer juez! ¡Oh Dios, la primera actividad de Blogger en que entro! Juro solemnemente que Clío se pondrá del lado de todas sus historias, cuando tenga que activar el betamode y la neutralidad, y escoger.
Pero créanme, deseo que sea una muy difícil decisión. Que sean muchas historias, de muuuuy buena calidad y que nos hagan tener que arrancarnos los cabellos y sentir culpa de lo tan bien que estuvo.

¡Hasta luego, gente!  

Pd: Primer mes, 650 visitas… A por más!!!

sábado, 27 de abril de 2013

Un baile con más de 500 asistentes




¡Buenos días, gente!
¡Alrededor un mes por estos lares y ya tengo más de 500 visitas[1]! ¿Qué tan increíble es eso? Estoy realmente sorprendida del apoyo, de la curiosidad, de la gente que se ha acercado a decir ¡existo, te comento, te sigo y le hago propaganda al challenge mitológico! Bueno, son cinco nuevas conocidas (¡infinitas gracias lindas!), pero aún así, ¡QUÉ GRATA BIENVENIDA!


Claro que eso solo hace que sueñe con MÁAAAS. ¿Qué puedo decir? Un buen blog sufre un serio caso de gula. ¡Quiere más gente, más comentarios, más análisis, más buena vibra…! Miren que apenas acaba de nacer, necesita muuuuuucho para poder crecer saludablemente.



Una de las personas que me dio la fuerza y el ánimo para iniciar este camino de alimentar al blog, ha sido Aglaiacallia de mi alma y mi corazón. Nos conocemos y queremos como grandes e-amigas desde hace… ¿Por lo menos tres años? Y hasta hace como un mes supe que ella inició en Blogger, y que aquí hay una e-parte de ella de la cual no tenía idea, y que varios de ustedes tenían el placer de conocer.
Pero algo, de las muchas cosas, que sí conozco de Aglaia son varias de sus historias, y hoy he escogido reseñar una de ellas que le hizo tener una gran alegría. Fue escogida como una de las 150 narraciones (de unas 400) que fue editado en un libro real. Y también tendrá el ¿orgullo? de ser la primera a la que le haga uno de estos…

Título: Cuando el baile termine.
Autora: Aglaiacallia.
Tipo: romántico.
Extensión: 600 palabras.
Parte de: 150 Rosas,  Editorial Divalentis romántica
ISBN: 9788493952273
 
(CLICK en la imagen, si quieres poder comprar el libro)

«Una mirada congelada en el tiempo, un acercamiento medido, el primer saludo tímido que antecedería a semanas de felicidad y angustia por lo que no podría ser.»

El narrador y forma de contarnos la historia de amor de esta pareja es, y a falta de saber un mejor término, aéreo. Esto porque, por razones del concurso, Aglaia solo tenía ¿dos páginas? Para contarla.
Por eso, es que nos hace sentir que nos alejamos de saber la manera en que se desarrolló, la observamos desde lejos. Como una persona que ve un collage: ve la figura que se forma con infinidad de imágenes, en vez de centrarse en cada una de ellas. Leemos no tanto los hitos de la historia, sino que vislumbramos las emociones y significados en esa relación, las que se conformaron con la infinidad de vivencias en su desarrollo. Al menos, para la mujer en ella.






Desde el inicio, el cuento nos quita la esperanza. Pero lo hace con tanta resignación, que no es tan doloroso. Porque nos podemos descentrar de esa parte de la historia de la relación, e intentar valorarla por lo que fue.


 «Ambos sabían que pronto deberían entregarse a las lágrimas, a ese adiós imposible de eludir, a las manos separadas, pero en ese momento no pensaron en ello. El baile se hacía eterno.»


Aglaia nos enseña esa ambivalencia. Ese deseo (amor) de, y la resignación de la pérdida de ese alguien. Confluye el “lo que deseo que sea” y lo que es; mezclándose entre sí, sin anularse. Y eso hace que todo haya estado bien, aunque no lo estará en la separación.
Me hubiera gustado que Aglaia pudiera "acercar" más la manera de narrar las cosas. Que pudiera sentir más la situación, al conocer la pareja y las personas que nos bosqueja, y no solo la síntesis de su historia.
Porque cuando quiere en verdad contar una historia y tiene la libertad de escribir cuantas páginas sean, de la imaginación y la perseverancia de Aglaia salen hermosas narraciones como esta:  






  
Y como el proyecto que próximamente sacará, uno de esos que tengo el privilegio de conocer muy bien. Les aseguro, por lo menos les hará proferir muchas y sentidas sonrisas. ¡Y cuidado sino, fuertes carcajadas!  
Ahora, gente... ¡A rebasar las 600!!! 


[1] Más o menos 1/5 de esas visitas son mías, pero shhhh… ¡AHÍ ABAJO DICE MÁS DE 500!